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¿Una nueva vida?

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Dios nos creó con la necesidad de amar y ser amados. Él y solo Él puede satisfacer el más profundo anhelo del alma humana: llegar a sentirse totalmente amada y comprendida. Las cosas terrenales podrán satisfacer el cuerpo, pero solo Dios y Su amor eterno son capaces de llenar el vacío espiritual que tenemos en el alma y que Él creó exclusivamente para Sí. El espíritu humano nunca podrá sentirse satisfecho del todo con otra cosa que no sea la unión plena con el gran Espíritu de amor que lo creó.

¿Te gustaría tener una relación personal y llena de satisfacción con Dios? No es un Dios formal ni distante, ni anda en busca de ceremonias religiosas. Te ama a ti en particular y desea llenarte la vida y el corazón de amor, gozo y paz interior. Es un Dios que desea comunicarse contigo y guiarte a lo largo de la vida, consolarte cuando te invada el abatimiento, llevarse el estrés y las preocupaciones y darte a cambio fe y confianza. Quiere enseñarte a vivir en paz y armonía con tu propio ser y con los demás, y darte las respuestas y soluciones que necesites.

Como si eso fuera poco, ¿qué te parecería contar con la garantía de que entrarás al Cielo cuando pases a mejor vida?

Por mucho que lo intentemos, ninguno de nosotros es capaz de ganarse el Cielo por sí solo. La Biblia dice que todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria [o redención] de Dios (Romanos 3:23). Lo bueno es que Dios envió a Jesucristo para que tomara sobre sí mismo la carga de los pecados de la humanidad, a fin de que los que crean en Él y reciban este obsequio reciban el perdón de todos sus fallos y pecados, se reconcilien con Dios y disfruten del amor y la libertad eternos en el Cielo. «Porque de tal manera amo Dios al mundo [tú y yo], que ha dado a Su Hijo unigénito [Jesucristo], para que todo aquel que en Él crea, no se pierda [no sea condenado] más tenga vida eterna [en el Cielo, para siempre]» (La Biblia, Juan 3:16).

Quizá te parezca demasiado sencillo o hasta infantil. Sin embargo, este es el plan que eligió el gran Creador del universo para darnos a conocer Su amor, verdad y salvación. Lo hizo sumamente fácil, de modo que cualquier persona pueda recibir Su amor, sin importar su raza, religión o condición social. Está al alcance de todos, en cualquier momento. De hecho, aceptar a Jesús es tan sencillo que Él mismo dijo: «El que no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él» (La Biblia, Marcos 10:15).

Jesus te ama y te entregará este hermoso obsequio ahora mismo. Basta con que reces sinceramente esta pequeña oración y le pidas que entre en tu corazón:

Querido Jesús, creo que moriste por mí y que me amas. Te abro las puertas de mi corazón y te pido que entres. Te ruego que me perdones las faltas que he cometido y que me des Tu regalo de la vida eterna en el Cielo. Lléname de Tu amor, paz y alegría, y ayúdame a transmitir ese amor y gozo a los demás. Amén.

De acuerdo, hice la oración. ¿Ahora qué?