Muchos se despreocupan de orar hasta que se hallan metidos en un buen lío. Entonces descubren que su fe flaquea y que hay cierta tirantez en su relación conmigo, pues hasta ese momento no me han dado mucha importancia. Se sienten indignos de acercarse a Mí en oración, o se consideran hipócritas y no saben por dónde empezar a enmendar las cosas.
Si alguna vez te has sentido así, no te angusties. Para responder a tus oraciones no te pido perfección. Yo ayudo a todos los que claman a Mí con fe y humilde fervor. No tienes más que acudir a Mí en tu hora de necesidad y limpiar tu corazón confesando tus faltas y aceptando Mi perdón. Simplemente cree que Yo velo por ti y me intereso por todo lo que te preocupa. Lo mejor es que eso puede marcar el inicio de una nueva relación conmigo en la que recibas más respuestas a tus oraciones y disfrutemos de mayor cercanía.—Jesus
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