Simplemente comunicarse con Jesús, tal como uno haría con un buen amigo. No tienes por qué seguir ningún procedimiento fijo para que Él te escuche. La eficacia de la oración no depende de la postura del cuerpo, sino de la actitud del corazón.
No tienes más que decirle a Jesús lo que estás pensando. A Él le encanta escucharte. Resolverá tus problemas o bien te dará las fuerzas para sobrellevarlos
Si bien el tema de la oración es extensísimo, exponemos a continuación algunos consejos que te pueden ayudar a obtener buenos resultados:
- Ora de todo corazón. En muchos casos, la intensidad con que solicites asistencia divina se verá reflejada en la respuesta que recibas.
- Sé concreto. Dile a Jesús exactamente cuál es el problema y qué quieres que haga al respecto.
- Invoca las promesas de Dios. En la Biblia Dios nos ha hecho muchas promesas que cumplirá en respuesta a tus oraciones. Él desea que se las recuerdes.
- Agradécele a Dios que te conteste. Agradece la respuesta aun antes que llegue. La alabanza mueve a Dios a interceder por ti.
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